¿Cómo dirigir un equipo y no morir en el intento?

Cuando toca dirigir un grupo de personas, ya sea en una empresa, en tu emprendimiento, un grupo de estudio, deportivo, musical… todos siempre nos dicen que el éxito dependerá del trabajo en equipo. Wuao! y uno piensa: en esa frase de tres palabras se engloba el éxito, si logro trabajar en equipo alcanzaré las metas que me propuse!. Como líder de ese grupo de personas, nos toca aplicar lo aprendido o investigar mucho para poder conseguir que ese grupo de individuos se cohesionen y conviertan en un equipo. 

Transformando Grupo en Equipo

Ahora bien, antes de decirte lo que a mí me funcionó en estos años de experiencia – y me expreso en pasado, porque siempre se puede mejorar –, creo que es importante aclarar los términos, porque cuando tenemos esto bien definido en nuestra cabecita, es mucho más fácil lo demás, algo así como que primero hay que dar pasitos antes de comenzar a caminar.

Grupo: en su concepto más básico es un conjunto de personas, animales o cosas, que están juntos o reunidos o que tienen alguna característica común, y

Equipo: es un grupo de personas que se organiza para realizar una actividad o trabajo.

Así que cuando nos toca como líderes dirigir, es importante entender que debemos transformar un grupo de personas en un equipo de trabajo para ejecutar una actividad, ¿fácil no? ¡Ah bueno!, eso en papel se escribe y lee fácil y bonito, pero cuando nos toca la realidad, nos encontramos que no es tan cuento de hadas como imaginábamos; algo así como cuando todos pensábamos que nuestro amor llegaría reluciente, sonriente (con dientes perfectos), en noble corcel (quizás una 4×4 para ser más reales) a decirnos cuánto nos amaba… y luego, ¡zás! te despiertas y entiendes que el amor es mucho más que las historias de Disney, bueno, así.

No te voy a mentir, con cada grupo que trabajé debí aplicar estrategias distintas, técnicas distintas, para lograr convertirlos en los equipos exitosos que fuimos, me documenté, me preparé con cursos y talleres y con armadura encima me fui a la batalla, a ganar; bueno…, algunas las gané y otras no, pero nunca me di por vencida.

Sin embargo, lo más importante que debí aprender es que ir del grupo al equipo partía del hecho de conocerme, conocer a cada miembro (conocimiento), tener claro qué quería lograr con ellos; a veces a los cabezas de grupo se les olvida que están trabajando con seres humanos, diferentes unos de otros y que es allí, justo en esas diferencias que debes fijarte para llegar a la meta.

Bueno, uno, conocerme siempre está en construcción, pero es mi ingrediente inicial, mi patada de arranque para todo lo demás y esto es muy laborioso, pero hermoso; si eres de los que gusta de la lectura, siempre viene bien pasearse por textos de crecimiento personal, psicoanálisis, autoayuda, te recomiendo INTIMIDAD  del gurú Osho  y también puedes buscar el artículo de nuestra bloguera @rosamasi.ve Conectar con las emociones

Como trabajar en uno mismo es tarea de nunca acabar, es necesario que en paralelo dirigiera y transformara mi grupo en equipo, así que los imaginé como una gran orquesta sinfónica, donde hay distintos instrumentos musicales y personas con aptitudes específicas y únicas para cada instrumento, que deben tocar una pieza al unísono que culminará la interpretación de una maravillosa obra musical.

Para cada meta o proyecto me imaginaba un gran concierto, para llegar allí requería los mejores, los de mejor actitud, los únicos, los entusiastas y los apasionados (diversidad), así que debía estudiarlos y para estudiarlos también debía conocer sobre su instrumento; porque sabes, aun cuando buscas tener un gran equipo de trabajo, no necesariamente escoges a cada miembro, a veces te toca descubrir las potencialidades de un grupo que eligieron para ti, te toca mostrarles tu visión para despertar la pasión y, la mejor forma de llegar, es compartiendo el mismo sentimiento, hay que activar la empatía.

 

Ahora debo trabajar con cada uno para explicarles en un lenguaje que todos manejemos (comunicación) las entradas, los crecendos, los sostenidos, los movimientos…, en fin, cada estructura de la sinfonía; si todos tienen claro cuál es su rol dentro de la interpretación, te aseguro que así como las notas fluyen armoniosas en tempo, así verás ejecutar cada estrategia aplicada en tu equipo.

Practicar, ese es el siguiente nivel; ningún Director de orquesta va a presentar un concierto sin practicar (coordinación) con su equipo de músicos, pues luego que cada artista trabaja en su parte de la pieza, la aprende, está embebido en ella, es indispensable demostrar que una bella sinfonía no se hará si no entienden que las partes son tan importantes como el todo; así que se comienza a generar la cohesión y dar forma a la pieza musical (participación). Con la práctica corregirás, cada miembro apreciará a cada instrumento y a cada músico de la orquesta, tú tendrás la oportunidad de ver la composición y evaluar cada parte para asegurar que interpretarán una pieza maravillosa (control-supervisión).

Así que allí estaba con mi orquesta, tenía la partitura y debía dirigir, repaso: como me conozco y conozco a mi equipo, sé que estoy lista para dirigir; escogí o trabajé en cada instrumento y su ejecutante, practicamos, nos reconocimos como importantes y parte del todo, aportamos y corregimos para trabajar en la armonía y solo nos queda presentar la pieza; pero aunque una obra pueda ser igual, cada Director le da su propia interpretación (talento), deja una firma que lo hace único y especial, que aunque lea una partitura y la entiende, su imaginación junto con su emoción, le dará un toque, un brillo, un resplandor particular, de manera que sea reconocido diferente dentro de lo común.

Pues bueno, esta esencia, esta singularidad que te hace ser tan tú, es lo que debes siempre mantener cuando te toque transformar un grupo en un equipo; mientras recorres ese camino puedes revisar el siguiente artículo  de la La Universidad en internet en su Blog de desarrollo directivo, que tiene técnicas que puedes aplicar.

Tú eres única, eres especial, sé la Directora que quieres ser y tendrás éxito en cada equipo que te decidas a transformar, aún en los fracasos siempre podrás tener éxito. Así que recuerda mujer: ten la plena seguridad que no estás leyendo este artículo por casualidad, sé que el universo te trajo a este preciso momento para decirte que “harás cosas grandes y grandes cosas, solo basta que creas en ti”.

Nos volveremos a encontrar a la vuelta en este mismo espacio y recuerda: todo fluye.

Abrazos virtuales.

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María Cristina Benavides

Licenciada en Administración con más de 10 años en el ramo de la empresa privada, experiencia en el área de Supply Chain (SC), manejo de equipos multidisciplinarios, ama de casa, esposa y mamá de una princesa adolescente que con amor llamo "mi mona" y ahora presente a través de este maravilloso portal, con el cual te ofrezco mi experiencia porque creo firmemente que juntas somos poderosas, caminemos juntas un día a la vez dejando que todo fluya con el universo.

2 comentarios en “¿Cómo dirigir un equipo y no morir en el intento?”

  1. Quedé enamorada de leer todo lo que la vida te a ido mostrando a lo largo del camino… Muy elocuentes, sinceras y sobre todo profesionalismo has demostrado … Me encanta… Que sigan tus éxitos… Lo demás, lo sabes .

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