Salimos del mes del amor, y caemos en el mes de la mujer, ¿coincidencia? No lo creo. El amor propio de una mujer es la chispa que enciende una idea, un proyecto, una pareja, un viaje, una familia, una empresa… básicamente, es un motor.
El amor propio de una mujer puede erigir lo que quiera o sueñe, pero a lo largo de nuestros años de aprendizaje es común que alguna persona o alguna circunstancia nos haga dudar.
El problema viene cuando nos levantamos de los obstáculos, que, si bien nos moldean, también dejan cicatrices, que con los años hacen queloides en la piel y para ellas, no hay láser que valga.
Algunas cicatrices sanan y nos mejoran, pero eso depende de trabajar el amor propio. Construirnos lleva tiempo, en un ciclo sin fin, pues cuando creíamos que ya nos conocíamos en tantos años, siempre vamos descubriendo zonas de nuestro cuerpo, nuestra alma o nuestros pensamientos que debemos trabajar.
Tal vez pensar el moldear nuestro cuerpo es lo más evidente, todos los días en el mundo alguna mujer se despierta descubriéndose un centímetro más, una canita más, un nuevo lugar con celulitis, en fin… es quizá lo más obvio, pero trabajar en nuestra alma y nuestros pensamientos parece más duro que hacer una dieta o seguir una rutina de ejercicios.
Mujeres que han encendido el mundo
Muchas mujeres en el mundo se han planteado metas que van más allá de lo que cualquier otra ha pensado, y lo han logrado. Ejemplos hay muchos:
La empresaria Ruth Handler no solo inventó las Barbies, erigió el imperio Mattel a finales de los años 50, cuando la industria estaba liderada por hombres.
A pesar de ser huérfana, su visión como empresaria creció con ella hasta consolidar la gran empresa de juguetes junto a su esposo. Demandas, dinero, alabanzas y criticas por la creación de las Barbies, pero nada la alejó de una vida de éxito.
Otra mujer exitosa fue Esteé Lauder, quien desde la infancia tuvo que trabajar, pero se negó a hacerlo en la ferretería de sus padres. Ella prefirió trabajar con su tío que era químico, desde entonces el mundo de los laboratorios y la belleza la llamaba.
Comenzó a vender por su cuenta algunos productos, y en 1946 fundó su empresa de cosméticos Esteé Lauder Companies de la mano de su esposo. En medio de tropiezos, aun la marca se mantiene vigente en el mundo.
Y sin irnos tan lejos, la venezolana Carolina Herrera desde temprana edad descubrió su pasión por la moda, llegando a ser hoy una diseñadora y empresaria de talla mundial.
Por su parte, la atleta olímpica venezolana Yulimar Rojas se adueñó de un nuevo récord al conquistar el oro en los Juegos Olímpicos de 2020. En alguna de las muchas entrevistas que concedió, compartió una frase que me hizo recordar muchas cosas:
“El mundo evoluciona gracias al talento y el trabajo de las personas que se atreven a soñar”.
¿Cómo comenzar a trabajar nuestra alma y nuestros pensamientos?
La verdad muchos olvidamos soñar, nos centramos en los obstáculos y nos dejamos llenar de dudas, dejando que nuestro talento y amor propio quede arropado en mil capas de temores y limitaciones.
Son precisamente esos aspectos que reprimimos, los que matan nuestro amor propio… si comenzamos por ir al fondo, a recordar porqué empezamos lo que empezamos, a rememorar lo que decíamos de niñas que queríamos ser al crecer, podremos descubrir el amor por nosotras mismas.
A veces hay talentos que no parecen evidentes, pero están allí, guardados, esperando su momento de salir. En ocasiones, para otros nuestros talentos eran evidentes y a nosotras nos tomó años notarlo, ese fue mi caso… No fue hasta mi adolescencia que descubrí mi tendencia a las artes, desde entonces comprendí muchas habilidades que venían de mi infancia y no desarrollé por temor hasta que estuve en la universidad.
Algunas mujeres pasan la vida creyendo que su único talento es respirar, darle voz a lo que no le pertenece, trabajando para otras personas o viviendo una vida centrada únicamente en su familia. Cada caso es distinto, y la historia de cada mujer encierra todo un mundo de situaciones que les han llevado a limitarse, a olvidarse de sí… y con esa amnesia temporal, se fuga el amor propio.
Viajemos al pasado para sanar el presente
Debemos ir al inicio, comprender lo que queremos, para qué somos buenas o aprender algo que nos llama la atención. Nunca es tarde para intentar.
A partir de allí, comenzaremos una lista de mil cosas que hemos querido hacer, algunas posibles, otras que dependen de cierta logística, otras para las que ya no sentimos energía o que ya simplemente, no nos llenan.
Lo importante es no sentirte ridícula en el proceso, al contrario, siéntete feliz cada vez que hagas algo que querías y también cada vez que digas ¡NO!, ¡TERMINAMOS! o ¡RENUNCIO!… Esas tres palabras siempre llevan a una parte de felicidad ¿Las haz dicho lo suficiente? ¿Ya lograste lo que querías?
La otra parte de las dudas
“Siempre supe que es mejor cuando hay que hablar de dos, empezar con uno mismo”, recita Shakira en su tema Inevitable de 1998. Básicamente, es un tema en el que ella hace una especie de introspección, no sabemos que tan cercana a ella, pero de acuerdo a su letra, la exitosa cantautora colombiana no sabía de futbol, pero lleva años casada con un futbolista y su par de hijos ¡Algo tuvo que aprender!
Si no sabes algo apréndelo, nunca está de más. Tu talento puede estar en cualquier lugar.
Volviendo al tema central, para hablar de dos, de más o de un nosotros, empezar por sincerarnos cada una con lo que somos, lo que nos gusta, lo que conocemos y hacemos… es el primer paso para cultivar nuestro amor propio, o autoestima, como quieras llamarle.
Cuando trabajamos en nosotras mismas, en lo que nos hace únicas y lo explotamos para conquistar nuevas metas o proyectos ¿Qué puede salir mal? Fortalecerla es lo que nos queda en el camino, es como lograr tu peso ideal… una vez que lo consigues, tu vida cambia y quieres mantener esos cambios. Lo mismo aplica para tu amor propio.
El poder de una mujer con amor propio
Podemos estar en un mundo patriarcal, heteronormativo, xenófobo en algunos lugares más que en otros, racista en otros y en un nivel extremo en el Oriente del mundo donde se minimiza a la mujer.
Debemos tener la claridad suficiente para reconocer que una mujer que sabe lo que quiere, se reta a sí misma y con ella, puede romper esquemas… Parece ser que este es el miedo del mundo.
No hay rincón que no reconozca el poder de una mujer, podemos ser un Big Bang actual teniendo en cuenta los campos que hemos conquistado, y, en el fondo las sociedades lo saben, por eso siempre habrá críticas, y por el mismo motivo, muchos intentan callar y atentar contra la mujer.
Formas de subestimar a una mujer hay muchas, y todas las mujeres que nombré en el bloque anterior fueron limitadas de alguna manera de acuerdo a su época, pero ¡Cuánto han logrado!
Tener claro que el amor de una mujer por sí misma va más allá del rol reproductivo, es tomar consciencia de nuestro talento y con él, transformar el mundo, a menor o mayor escala.
Está claro que el ingenio de una mujer segura de sí misma, que no duda de sus capacidades, que sabe lo que quiere y a donde quiere llegar, es imparable.
Habrá muchas fallas en el mundo y en la sociedad que vivimos, pero lo que no puede fallar es la seguridad en nosotras mismas y el amor propio. Escribir nuestras reglas, reinventarnos y lanzarnos en grande por lo que queremos, hoy mas que nunca, es necesario.
Si te estás reinventando, quizá quieras leer: Razones por las que no cumples tus metas
Yo estoy en ese proceso de probar nuevas experiencias en Youtube y en Instagram ¡Acompáñame!

Diana Sánchez

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Que bellos ejemplos. Yo no soy exactamente «feminista», pero si pienso que la historia se ha encargado de revindicar lo que nos corresponde, gracias a las sendas que abrieron mujeres emblemáticas como estas. A partir de nuestro amor, real genuino y puro suceden los milagros… esas metas «inalcanzables». Gracias por recordárnoslo
Hola Sheila, totalmente de acuerdo contigo, grandes mujeres como las que mencioné en el artículo y otras tantas, nos han abierto camino para reinvindicar el rol de la mujer en el mundo… nuestra creatividad, astucia y amor propio nos hacen dejar huella en muchos ámbitos, no hay nada imposible para nosotras ¡Gracias por leerme!